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¿Qué es la renuncia psicológica?

Por Esteban Espinoza.

¿En qué consiste?

La resignación psicológica es una realidad en empresas y organizaciones de todo tipo y tamaño, pero el concepto existe desde hace algunos años. Es decir, las personas «dejan de fumar meses antes de la remisión». Lo que ocurre es que se rompe el contrato psicológico entre empleador y trabajador, dando lugar a reacciones y comportamientos que conducen a la elusión de deberes, obligaciones y responsabilidades.

Este despido anticipado suele estar asociado con un trato injusto o insatisfacción laboral y puede comenzar aproximadamente un año antes del despido justo o improcedente, despido forzoso u otra forma de separación. En cuanto a las razones, es importante señalar que el rol del jefe o gerente es fundamental, ya que un alto porcentaje de personas se van por su jefe más que por el trabajo en sí.

Conductas adicionales de una renuncia psicológica:

  • Impuntualidad persistente.
  • Término de la jornada laboral antes de tiempo.
  • Trabajo laboral retardado.
  • El trabajador se muestra poco colaborativo.
  • Genera problemas constantes.
  • Ausentismo injustificado.
  • Falta de creatividad laboral.
  • Sin iniciativa o aportes de valor laboral.
  • Se conecta a sus redes socio digitales en horas laborales y pasa más tiempo en ellas que trabajando.
  • Pasa más tiempo en su descanso pactado con la empresa que laborando.
  • Se empieza a aislar de su entorno.

¿Qué significa que un contrato de trabajo sea un contrato afectivo?

El trabajo es una máquina importante en la vida. Lo que la gente necesita es invertir todo lo que tiene, incluidas sus mentes y conocimientos, para lograr estos objetivos. Además, la empresa proporciona un buen ambiente de trabajo, igualdad de remuneración por trabajo y actividades, educación, red de apoyo social, desarrollo profesional y un ambiente de trabajo que permite a los empleados trabajar libremente.

Lo que sucede es que se ha roto el “contrato psicológico” entre el empleador y el empleado, y así, aparecen reacciones y comportamientos que toma un individuo que lo llevan a la evitación de sus tareas, compromisos y responsabilidades. Así se convierte en una persona complicada que entorpece la gestión diaria. Generalmente asociada con lo que percibe como un trato poco equitativo e insatisfacción laboral, esta renuncia anticipada puede empezar aproximadamente un año antes de desembocar en un despido justificado o injustificado, una renuncia bajo presión, y cualquier otra forma de desvinculación.

En base a la teoría de la equidad formulada en 1963 por John Stacy Adams, especialista en comportamiento humano, en un trabajo el concepto de ‘equidad’ se sustenta en la satisfacción relacional entre empleado y empleador en términos de percepciones que se sienten injustas dentro de las relaciones interpersonales. En palabras del autor:

“Los empleados buscan mantener la equidad entre los insumos que traen a un puesto de trabajo y los resultados que reciben de ella contra las entradas percibidas y los resultados de los demás.”

Para identificarla, plantea tres etapas en lo que llamamos renuncia psicológica:

  • Etapa 1: El sujeto percibe situaciones de inequidad

El empleado siente que la proporción de carga de trabajo versus beneficios obtenidos difieren de la de otros compañeros, con todo lo subjetivo que encierra el compararse con los demás. Aunque vale la pena recordar que estas son manifestaciones del ámbito emocional (y esto no es una ciencia exacta). Es así como incurre en comportamientos contraproducentes hacia sus clientes, su empresa y sus colegas.

  • Etapa 2: ¿Cuándo cambiar de trabajo?

A partir de este momento, el empleado comienza a sentirse el «viejo» de la empresa o del proyecto, pues por mucho que desee mejorar su condición cuando se evidenciaba la falta de su cooperación, aún tenía la sensación de que ya no pertenecía allí. Mientras que para los trabajadores, plantearse una alternativa de salir a buscar otras opciones, asumir, etc. compañía, tener a alguien en esta etapa es sumamente negativo, porque se arranca constantemente en contra . Ya no tiene empatía, no logra los objetivos, se agudiza el ausentismo y las malas tendencias.

  • Etapa 3: Actualización.

Durante esta fase, la empresa es consciente de que el empleado puede irse y, según el caso, puede querer retenerlo implementando una serie de planes de mejora, desarrollo y carrera.

Lo que sucede es que, por lo general, la decisión de renunciar (o crear una disputa para ser despedido) ya se ha tomado y nada cambiará eso.

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